por María Jesús Montero | Abr 12, 2017 | derecho penal, Motivacional
El hedor era insoportable y los 37º no ayudaban en absoluto a paliar sus efectos. El aire acondicionado del juzgado por enésima vez se había estropeado y, en lugar de expulsar aire frío, lo q hacía, amén de ruido, era expandir por toda la estancia aquel nauseabundo...