La lápida de la discordia
Solo hay algo más peligroso para un abogado que una disposición adicional: una discordia entre herederos. María Gertrudis Peña...
Condemor y el príncipe montengrino
Mi muy querido amigo Jorge García Herrero había decidido pasar sus vacaciones en uno de esos idílicos y bucólicos países...
Despertares
Odio que me despierten. Lo odio. Pero lo que más, que lo hagan a voces. Aquél sonido hiriente, agudo y a la vez distorsionado...
Los zapatos rojos de María Magdalena
“-Tiene la palabra la defensa para informe.” … Me quedé pasmada, desconcertada, con la mirada fija en aquellos zapatitos rojos...
El internamiento no voluntario de Juan Ignacio de Sesmes
El hedor era insoportable y los 37º no ayudaban en absoluto a paliar sus efectos. El aire acondicionado del juzgado por enésima...
¿Policía ni en broma?
La primera vez que le vi pensé que nada tenía que ver con el Cuerpo. Su sola presencia llenaba aquella angosta estancia en la...
La inopinada detención de Juan «Button»
Recuerdo la primera vez que leí una sentencia suya, la redactaba como Ponente y lo que primero llamó mi atención fue su nombre,...
Una guardia en Navidad
Es notorio, todos los que me conocen lo saben, detesto la Navidad. No, no me siento triste, no me falta ningún ser querido hasta...
El amor en los tiempos del WhatsApp y un Indiana Jones destartalado
Reconozco que sólo la primera vez fue pura casualidad el hecho de que aquellas jóvenes a las que yo doblaba la edad se sentaran...